¡Si lo hubiera sabido!…


A veces no vemos los grandes cambios y oportunidades… , simplemente porque no miramos…

¿Cómo no me di cuenta que aquellas acciones de Aceros de Llodio estaban a punto de derrumbarse? ¿En qué estaría yo pensando…? ¡Si hubiera comprado BBVA cuando estaban a 5€! ¿Por qué no vendí el apartamento de la playa en pleno boom?… ahora vale menos que cuando lo compré hace 10 años… «gaur adina jakin izan banu,…! (mi abuelo); «if only I had known…!»

… ojos02

Podríamos alargar la retahíla de quejas cuanto quisiéramos. La industria del lamento no tiene límites…

Pero la cuestión que importa es saber porqué siempre aprendemos las cosas demasiado tarde para sacar provecho de las mismas, una vez de que ya han ocurrido y la ocasión ya ha pasado.

La respuesta es tan simple que impacta: ¡no lo vimos porque no estábamos mirando! Estamos tan ocupados en reaccionar al día a día que desaprovechamos las oportunidades que pasan por delante. No las vemos.

Hoy en día por tanto mirar al futuro visible se ha convertido en una necesidad generalizada para cualquier compañía, con independencia del sector o momento de su ciclo de vida en que esté. De hecho los «forecasters» se cotizan al alza. Mucha gente se gana la vida avanzando pronósticos sobre lo que pudiera ocurrir en el próximo horizonte temporal…y sobre cómo los nuevos escenarios afectan a esta empresa, institución o persona…y a sus relaciones.

En pleno siglo XXI nuestro futuro es más incierto que nunca, el ritmo de cambio es acelerado y la vorágine en torno al mismo, mareante. Ahora bien, pese al alborotado entorno, es posible identificar tendencias de fondo que ayuden a predecir el futuro y también a modificarlo. Y si no lo logramos en la actualidad, a medida que pase el tiempo, será cada vez más difícil ya que  previsiblemente el ritmo de cambio se disparará de manera inimaginable. Es necesario aprender a «mirar» para «ver» los movimientos de fondo que implican cambios de escenario, de reglas de juego a los que es preciso adaptarse de forma imperiosa. En ello va el futuro de las empresas … y el nuestro.

Como muestra este botón. Leía hace poco que Nicholas Negroponte, un gurú de renombre,  ha vaticinado que en breve dejaremos de aprender, de adquirir conocimiento siguiendo el método conocido de lectura, reflexión, repetición,.. Antes de lo que se cree cambiaremos la forma de aprender y «tragaremos» el conocimiento en forma de pequeñas pastillas que contienen información específica y que, convenientemente disueltas lleguen a nuestro cerebro, de manera que éste haga suyo la información y/o conocimiento de que se trate.

¿Os imagináis que para aprender «ruso» por ejemplo no se precisen largas horas de esfuerzo, sino que con una «pastilla» el proceso de reduzca a pocos días…? Tengo un compañero que al parecer sostiene encendidas discusiones con su hijo sobre la naturaleza del conocimiento, de las sensaciones ¿Se trata de impulsos o percepciones meramente cerebrales, o por el contrario, el conocimiento  se asocia a combinaciones neuroquímicas capaces de crearlas?… A él se le hace difícil creer que a través de la combinación de algunos elementos se consiga describir las sensaciones de un atardecer,… confieso que a mí también.

Pero la cuestión es si estamos ante una tendencia de fondo, que alterará los principios conocidos hasta ahora sobre la forma de adquirir conocimiento y tendrá consecuencias difíciles de imaginar en el comportamiento y relaciones humanas, o simplemente no pasa de ser una «fantasía imaginativa»… el tiempo lo dirá. ¿A tí qué te parece?…

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *