Este es el resumen de mi presentación en el Seminario EHU-gune sobre Crisis económica del próximo día 5 de Julio de 2013. Posteriormente completaré esta entrada con una versión corregida del artículo que he elaborado a estos efectos, incluyendo la presentación y las ideas obtenidas en el debate con los asistentes.
La presentación se inscribe en el conjunto de reflexiones iniciada en el seno del Seminario EHUGune y aborda la situación de crisis actual por la que atravesamos desde una perspectiva regional. Se trata de considerar algunos aspectos específicos inherentes a esta circunstancia y ver qué propuestas podrían hacerse desde lo local para aliviar sus consecuencias.
Para ello, es preciso revisar en primer lugar algunos de los cambios profundos que se están produciendo y que traslucen una cierta deriva o “falta de rumbo” en la propia Unión Europea. La incertidumbre es muy elevada y ello acrecienta las dudas sobre el devenir futuro, tanto de la UE, como del Euro en su papel de moneda única y pilar del la Unión Monetaria.
Hoy están abiertos los caminos hacia la fragmentación de la Unión Europea, tal y como la conocemos por un lado, o a que el avance hacia un entorno donde la Unión Económica y Monetaria se complete con una Unión Política y Fiscal, dando carta de naturaleza a una mayor integración en todos los órdenes del entramado europeo por otro.
Un elemento central en esta aproximación de contexto se refiere a que el proceso no tiene vuelta atrás y que el nuevo escenario ha venido para quedarse. Ya nada será igual y cuanto antes desterremos de nuestro imaginario común las elevadas tasas de crecimiento, el fuerte aumento del consumo y la inversión conocidas en las etapas pre-crisis, antes seremos capaces de afrontar con éxito la nueva situación.
La crisis del modelo actual viene dada por una falta de adecuación del entramado político e institucional para abordar cuestiones de dimensión global. La crisis financiera no es sino el desencadenante de una situación donde convergen desequilibrios de escala global, atacados desde estadios de orden inferior, con políticas incapaces de hallar respuestas efectivas a los problemas generados. En suma, escala global tratada con herramientas de corte continental, cuando no estatal, en el mejor de los casos. Se precisa por tanto una adecuación de las herramientas a la dimensión de los problemas, de lo contrario los desequilibrios aumentarán.
Tales circunstancias evidencian el hecho de que asistimos, querámoslo o no, seamos más o menos conscientes del fenómeno o no, a una transición hacia un nuevo modelo. Este hecho se manifiesta en los numerosos desequilibrios observables, como caracterizadores de la situación de crisis mencionada.
Seguidamente se trata de cuestionar algunos rasgos del nuevo modelo, partiendo del principio de que es una realidad que se construye día a día. Estamos ante un proceso continuo fruto de la acumulación de un elevado número de decisiones que se adoptan poco a poco y que condicionan el devenir futuro de nuestro entorno.
De ahí que se enfatice en la necesidad de adoptar una actitud proactiva, de preparar el cambio de manera consciente y siguiendo unas directrices comúnmente aceptadas y que han de venir marcadas por un ejercicio de liderazgo colectivo, a cargo de los representantes políticos e institucionales. Uno de los mayores riesgos a los que nos enfrentamos como región inmersa en una vorágine de escala planetaria, es precisamente la ausencia de rumbo al que orientar los esfuerzos. Ya se sabe aquello de que “nunca hay buen viento, para el que no sabe dónde va”.
El proceso, además de muchos riesgos, lleva aparejados también oportunidades asociadas a la identificación y al aprovechamiento de las fortalezas de nuestro entorno. No únicamente de tipo económico, sino también social, cultural y de valores compartidos. Elementos esenciales todos ellos sobre los que ganar una posición competitiva que permita seguir avanzando en la mejora de la calidad y condiciones de vida. Convertir a Euskadi en un lugar en el que queramos vivir hoy y en el que quieran vivir nuestros hijos mañana sería uno de los leit motiv de este empeño colectivo en el que estamos embarcados.
Finalmente, se tratará de identificar aquellos ámbitos que requieran de una reflexión conjunta y de la construcción de un diagnóstico compartido y que den pie a posteriores reuniones de desarrollo.
3/7/2013