Las dificultades para la fluidez del crédito están acelerando la aparición de nuevas formas de acceso a la financiación que constituyen las bases de nuevos modelos de relación.
Un conocido coach, escritor y animador de equipos profesionales dice que cuando alguien no cumple con la función que tiene asignada en la organización, otro ocupa ese espacio y desarrolla las competencias atribuidas al primero. Creo que ello justifica en muchas organizaciones, especialmente en las de mayor tamaño, las pugnas intestinas por abarcar cuanto más ámbitos y desarrollar cuantas más competencias.
Esto es observable por ejemplo en las organizaciones gubernamentales, entre otras. Cada Departamento trata de abordar los programas y proyectos de su competencia. Hay sin embargo siempre una «zona de nadie», difusa y donde se incluyen aquellas actividades o propuestas novedosas que nadie sabe muy bien dónde ubicar. Ello genera una «lucha interna» por hacerse con la competencia y desarrollo de la «novedad».
Aunque a otra escala y con sus propias peculiaridades, podría decirse que algo así está ocurriendo en las actividades de financiación a través del crédito. Resulta que desde la perspectiva del demandante de recursos, las entidades financieras han «cerrado el grifo» y en ese sentido no están cumpliendo con una de sus funciones esenciales que dan sentido a su propia actividad y, en el límite, a su existencia. Porque el cliente potencial piensa ¿para qué queremos a los bancos si no me sirven para lo que necesito (obtener dinero, liquidez para financiar proyectos,…)?
Desde este perspectiva, el papel de los bancos está cambiando más rápidamente de lo que pudiera pensarse. En un reciente artículo en The Economist, titulado «A top ten for business leaders» al analizar las tendencias más importantes previsibles en 2013, se constata la quiebra del sistema financiero y se cuestiona la necesidad de los bancos. La pugna de intereses es muy fuerte. Así, mientras los reguladores demandan cambio, las empresas precisan nuevas formas de financiación y los consumidores alternativas.
El escenario futuro presenta a bancos propiedad del Estado, empresas que no utilizan cash, sino monedas o medios de pago creados por las comunidades (Véase bitcoin). Los monederos digitales y la banca móvil abren las puertas para las telecos y jugadores de soft, mientras que la confianza es la puerta de entrada para el pequeño comercio y las comunidades de financiación conjunta (crowdfunding). En un entorno crecientemente poblado de agentes y donde no se precisa el cash, los bancos dejan de jugar su papel fundamental.
…Who needs banks anyway? Reshaping the financial system
The financial system is broken. Regulators want change, businesses want new means of financing and consumers want alternatives. The “banks” of the future will include state-owned entities, and firms that simply don’t use cash: think bartering and community currencies. Digital wallets and mobile banking are opening the door for telcos and software players, while trust is the entry point for retailers and crowdfunding communities. In an increasingly crowded and cashless financial system, banks may no longer be key players…
The Economist
Forzados por la necesidad, y habiendo alcanzado un determinado grado de perentoriedad, los demandantes de financiación acuden a otras vías de lograr recursos. A lo mejor en primer lugar obtienen el apoyo familiar, si éste no fuera posible, recurren a los amigos, a las asociaciones,…directamente a o través de las redes sociales,… En el momento en que las relaciones informales se encuadran en un marco de intercambio y actuación más estructurado, en el que intervienen agentes que aportan un mínimo de seguridad y credibilidad (intermediarios y prestamistas), comienza el proceso de creación de una red paralela de financiación.
El fenómeno no es nuevo, se extiende con fuerza en EEUU y experimenta en nuestro entorno un crecimiento tímido de momento. Ahora bien, si la situación de sequía crediticia se prolonga lo suficiente, no parece improbable el que se consolide, adquiera carta de naturaleza y catalice el proceso de transformación de la intermediación financiera tradicional, con notables incidencias sobre quienes ostentan la categoría de intermediarios clásicos.
Asistimos al nacimiento de nuevas formas de conexión entre demandantes y oferentes de fondos. En lugar de esquemas con un prestamista para muchos proyectos a financiar, pasamos a un nuevo modelo de relación de muchos prestamistas que aportando cantidades pequeñas, atienden las necesidades de otros muchos proyectos, articulado bajo diversas modalidades. En un esquema en el que todo el mundo gana. Todo ello conducido por pequeños «facilitadores» las sociedades o asociaciones «especializadas» refrendadas por órgano competente.
Tengo en mente la experiencia de los antiguo alumnos de la Politécnica de Valencia que se han organizado para financiar las necesidades de crédito de los nuevos y obtienen rentabilidad impensables en estos momentos en las figuras tradicionales de ahorro. Todos ganan.
Nada importante en términos cuantitativos, sin embargo en estos momentos no hay enemigo pequeño y podríamos estar asistiendo al inicio de un nuevo modelo de relación que competirá por desbancar al preexistente. Creo que el mayor error que la banca podría cometer en estos momentos sería, ignorarlo, mirar hacia otro lado como si nada pasara. Al tiempo…
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Juan Manuel Astigarraga
Iñaki, como siempre, aciertas en la oportunidad de traernos artículos de actualidad.
Creo que el proceso de desintermediación bancaria, ya se ha iniciado. En las empresas es evidente ya la sustitución de financiación bancaria por el uso de otros instrumentos (bonos, fundamentalmente). Este proceso, hasta ahora concentrado en las grandes empresas, se va a extender, y va a ser la banca (en Europa, porque en USA ya está), quién liderará el proceso de ayudar a las empresas en sus emisiones, haciendo accesibles estos instrumentos a empresas que, por su tamaño, ni se lo plantearían. Este cambio ya está aquí. Ha llegado. Y lo que nos queda por ver es su extensión. La velocidad va a depender de la propia banca: a más necesidad de desapalancamiento de la banca más desintermediación.
En esta línea, procesos ligados al entorno de los particulares con experiencias como las que se comentan en el artículo, creo que serán mucho más lentas y, probablemente terminen siendo capitalizadas por la propia banca las experiencias de éxito que pudieran surgir ligadas a la desintermediación bancaria en los particulares.
Saludos a todos los que siguen tu magnífico blog.
I.Beristain Post author
Muchas gracias Juan Manuel por tus apreciaciones. Creo que en estos momentos de profunda transformación a veces perdemos la perspectiva de que asistimos a cambios de fondo, siendo partícipes en el proceso, pero sin ser del todo conscientes de lo que ocurre en el propio sector. Esta situación me recuerda la metáfora de Toffler referida a las mareas que suben y bajan y quienes están en el mar, difícilmente se percatan de ello, pero el movimiento ocurre cada día dos veces de forma inexorable. Saludos cordiales.
Iñaki Barredo
Gracias Iñaki por tus reflexiones. Por mi parte veo estos movimientos como muy positivos y deseables para el conjunto de la economía. La finaciación es una necesidad de cualquier actividad humana y es cada vez más evidente que la banca tradicional sirve para algunos tipos de financiación, pero no para muchos otros que surgen con los nuevos tiempos. La más evidente es la financiación de las actividades de alto riesgo como la I+D y la creación de empresas intensivas en conocimiento que la banca tradicional no entiende porque las evalua en términos de riesgo y para la que han aparecido numerosas figuras público-privadas tipo business angels, fondos y capital riesgo, etc. Pero efectivamente hay muchos otros campos, ligados con la economía de servicios, la creatividad o, incluso, el emprendizaje más sencillo a los que el sistema financiero tradicional, pone muchísimas pegas porque el modelo de negocio que aplica tiene que ver con el «garantismo» (garantías de los promotores para asumir el riesgo en caso de fallido) y esto es una rémora que, entre todos, tendremos que ser capaces de saltar.
Por último y aunque sea más coyuntural, no puede ser que muchas empresas, viables a largo plazo, estén forzadas a procesos de reestructuración o cierre porque el sistema financiero tradicional no es capaz de darles el crédito que precisan.
Un abrazo Iñaki
I.Beristain Post author
Muchas gracias Iñaki por tu opinión siempre tan precisa en el diagnóstico de lo que está pasando en un tema tan crítico para el desarrollo como el de la financiación, y más específicamente en aquella orientada a actividades más intangibles, donde la medición del riesgo y las garantías no tienen porqué ser análogas a la casuística habitual.
Saludos
carlos
Sólo una reflexión Iñaki, ojalá se cumplan tus previsiones
Carles Escolano
Un artículo muy interesante. Es precisamente en países como el Inglaterra dónde están surgiendo nuevas formas de canalizar los ahorros de las personas directamente hacia las pequeñas y medianas empresas o las empresas de nueva creación.
Aquí también están surgiendo iniciativas con distintos modelos, desde la inversión en acciones de nuevas empresas (crowdfunding) hasta la financiación en forma de préstamo para las PYMEs (crowdlending).
Os invito a uniros al grupo de debate sobre la aplicación y el desarrollo del crowdlending que hemos creado en Linkedin: http://linkd.in/UnTEoL
Saludos cordiales
Carles
I.Beristain Post author
Muchas gracias Carles por tu comentario y por la invitación al grupo de discusión.
Saludos
PEDRO ESCALANTE GARAY
Iñaki, pones, sin duda, el dedo en la llaga al plantear cuál será el modelo de financiación que nos espera. En concreto qué instituciones administrarán el crédito. Sin duda, el sistema bancario tradicional acaba de firmar su inutilidad en la actual Recesión. Pensábamos que teníamos un sistema financiero sólido y ha caído como un peso muerto. Las propias Cajas centenarias han ofrecido un espectáculo deplorable. Es fácil imaginar que el sistema financiero precisa de una reconversión y como dice el artículo comentado, de una novedosa reestructuración. No obstante sería preciso replantearse al menos en Europa la funcionalidad de la política monetaria. Hasta ahora el Banco Central Europeo ha querido observar de forma bastante pasiva la formación de una moneda internacional resultante de diversas divisas nacionales. Las últimas decisiones de regulacíón bancaria comunitaria son un paso tímido en el que falta de formular y asumir el objetivo de la creación de puestos de trabajo… En fin, que nos encontramos ante un nuevo panorama y merece la pena comentarlo…
I.Beristain Post author
Muchas gracias Pedro por tus aportaciones. Sabes que son siempre bienvenidas y de gran interés
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