Pese a que en ciertos medios el riesgo de quiebra (es decir incapacidad para hacer frente a las deudas asumidas en los mercados internacionales) de una estado de la eurozona es un tema tabú y es evitado a toda costa, las recientes crisis de Irlanda y posterior foco de atención en Portugal y España, con incidencia también en Bélgica y recientemente, aunque en menor medida en Francia, nos lleva a pensar que la autoridad monetaria de la zona euro, el BCE, debiera estar considerando tales posibilidades.
Las declaraciones de Trichet, afirmando que «La grave crisis a la que nos enfrentamos, que no es la crisis del euro, es una crisis de estabilidad financiera», se unen a las declaraciones de algunos ministros portugueses que no descartaban la salida del euro de Portugal (Véase The Economist 20 de noviembre,2010) dejan entrever las enormes incertidumbres que reinan en estos momentos en los mercados e instituciones de la zona euro.
En este sentido, a juicio de Charles Wyplosz
(profesor de Economía Internacional en el Graduate Institute de Ginebra y Director del International Centre for Money and Banking Studies),
seis son las cuestiones que deberían de ser tratadas ante la eventual preparación de un plan B relacionado con la quiebra de un estado miembro de la zona euro:
-La primera cuestión se refiere a la capacidad de la Eurozona para hacer frente a los mercados.
-La segunda se refiere a la estrategia para evitar quiebras nacionales
-La tercera es cómo organizarse y cuál sería la hoja de ruta a seguir si ocurren tales quiebras
-La cuarta se refiere a en qué medida la declaración de una quiebra de un país, arrastraría a los demás desencadenando una especie de «efecto dominó» y en caso de que ocurriera qué medidas habría que adoptar para crear un anillo «protector» en torno al estado quebrado para evitar el contagio a los demás
-El quinto punto se refiere al tenebroso panorama que se abriría para algunas instituciones financieras, algunas de ellas «too big to fail» es decir que comportan riesgo sistémico, en caso de que tal circunstancia se produjera.
-El sexto elemento se refiere a la petición de ampliación de capital por el BCE por importe de 5.000 millones € hasta totalizar un capital de 10.000 M€.
Sería prudente esperar que las autoridades monetarias estuvieran considerando tal eventualidad y diseñando una estrategia de salida, si bien también sería deseable que nunca se conocieran ni tuvieran que ser utilizadas en la realidad.